El nombramiento de Pablo diluye a Nueva Canarias en sus contradicciones

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El nombramiento de Pablo Rodríguez como vicepresidente del Gobierno de Canarias y consejero de Obras Públicas es una buena noticia para Telde y para el nacionalismo del archipiélago porque refuerza a Gran Canaria. Para Telde es obvio porque Pablo es de aquí.

Y para el nacionalismo en Gran Canaria también es muy positivo porque Nueva Canarias se diluye en sus contradicciones: se alía con el PSOE en los comicios nacionales a la par que legitima su apuesta por el insularismo liderada por Antonio Morales. Morales se ha distinguido por su honradez, por el desarrollo sostenible de sus políticas energéticas, por luchar contra la desigualdad social y por su buena gestión económica como demostró en Agüimes, uno de los pocos municipios canarios sin deudas.

Pero nunca se ha distinguido por la defensa de un proyecto nacionalista para nuestra tierra. Román ya me lo contaba hace seis años cuando se gestaba un aliento para que Morales fuera el candidato de NC al Cabildo en las elecciones de 2011: “Antonio es muy de pueblo, le cuesta salir de Agüimes porque su horizonte es Roque Aguayro”. Con esa mentalidad es complicado ser nacionalista. Y al frente del Cabildo ha despejado cualquier atisbo de duda: Morales  no es nacionalista.

El nacionalismo canario es tan peculiar como la idiosincrasia isleña. De entrada no es separatista. Y de salida se incuba en la frontera de cada ínsula, en las que priman unos intereses económicos y políticos que, por ejemplo, nada tienen que ver en La Palma respecto a Fuerteventura. Coalición Canaria ha enraizado en la política de este archipiélago veneno, como bien lo definió Salvador Sagaseta, gracias a la defensa del estatus quo  de cada territorio insular pero adolece de un proyecto realmente nacional.

Coalición Canaria jugó un papel muy interesante en la década de los 90.  El pleito insular se atemperó de manera sobresaliente como jamás aconteció durante la centuria del siglo XX. La presencia de Canarias en la política española fue innegable y se constató con la llegada de mucha pasta.

Pero la crisis de CC, con la marcha de NC, dejó tocado al nacionalismo. Ahora tiene una buena oportunidad para recuperarse con la presencia de Pablo Rodríguez , pero es necesario que dirigentes de Gran Canaria y de Tenerife dejen de mirarse al ombligo (y al bolsillo). La generosidad y el sentido común es clave.

Pablo es un político de talento limitado pero su trayectoria política no está manchada y atesora la suficiente lucidez para tender puentes. El vicepresidente de Telde está ante la oportunidad de su vida.

Luis Socorro es periodista de Antena 3 y ciudadano de Telde

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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