«El mamotreto del caciquismo y/o la corrupción»

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Lo tenemos en casi todas las ciudades o grandes municipios. Es el resultado de una época en la que llegaba dinero de Europa o del Estado a espuertas y en las mayoría de los casos, se hacían con subvenciones finalistas, lo que dificulta hoy en día su derrumbe o su destino para otro uso, pues ello obliga a devolver lo invertido.

La primera piedra se solía colocar a escasos meses de procesos electorales; lo mismo ocurría con las inauguraciones, llegando a estrenarse edificios sin estar acabados, de manera parcial o en el caso de las carreteras, con torreón eléctrico incluido.

En ocasiones responden a grandes pelotazos, en otras a una mala planificación o a políticas cortoplacistas, pues no se pensaba en el coste que suponía su mantenimiento posterior (o tal vez sí…), si realmente la ciudad necesitaba de esa macro-infraestructura o si la obra contaba con el respaldo de toda la Corporación, para que los que vinieran detrás no la detuvieran; simplemente, se pensaba que se iba a estar siempre ocupando el poder.

Lo cierto, es que los tenemos ahí para quedarse y en muchos de los casos, aún estamos pagando sentencias que nos llegan de litigios de aquella época y a expensas de futuras inversiones, ya sea para acabarlas en el mejor de los casos o para derribarlas o devolver el dinero de la subvención recibida.

Como bien recoge la viñeta, entre tanto, sólo queda convertirlos en Centros de interpretación, de lo que fue una época, que ya hemos pagado y continuaremos pagando durante muchos años.

José Antonio Amador Naranjo, analista socio político de Telde

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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