El juez Salvador Alba, investigado por presuntas negociaciones prohibidas y prevaricación, se mantiene en la sala que juzgará el caso Faycán, y a día de este martes sigue designado como ponente de la sentencia. El presidente de la Sala, Emilio Moya, ha presentado su abstención por amistad con uno de los acusados.
El magistrado de la Audiencia Provincial de Las Palmas Salvador Alba Mesa, investigado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) como presunto autor de delitos de negociaciones prohibidas a funcionarios y prevaricación en relación con el escándalo del Albagate, se mantiene a día de este martes como miembro de la Sala que juzgará el caso Faycán –no antes de abril del año que viene– y no sólo formará parte del Tribunal, sino que será el ponente de la sentencia, confirmaron a este periódico fuentes jurídicas.
Alba fue designado ponente del fallo hace meses y la apertura de una investigación penal sobre él no ha modificado esta situación, ya que el Consejo General del Poder Judicial no lo ha suspendido cautelarmente en sus funciones ni, según ha manifestado la portavocía del Gobierno de los jueces, lo hará hasta que no exista un auto de apertura de juicio oral contra él.
Fuentes de las partes personadas en el macroproceso por presunta corrupción en Telde confirmaron que el magistrado que iba a presidir la sala, Emilio Moya Valdés –presidente de la Audiencia de Las Palmas– ha planteado un incidente de abstención por «interés indirecto» en la causa. Al parecer alega amistad con uno de los imputados, D.C., dueño de un taller de artes gráficas en la capital.
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