El cónsul de Japón agradece que la ciudad valore la cultura de su país

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Takeshi Nakajima, cónsul de Japón en Canarias, vivió este fin de semana una experiencia donde el agradecimiento y el orgullo se aunaron en la celebración del 30º aniversario de la fundación del centro de artes marciales Bujinkan Unryu, organizador de la convención internac ional de esta disciplina oriental en Telde.

Nakajima, invitado estrella a los actos de inauguración de este evento por Pedro Fleitas, maestro de Bujinkan Dojo y propietario del gimnasio situado en la zona de Punto Fielato, pudo comprobar en persona cómo la cultura de su país se expande y admirada en otras partes del mundo. La ciudad lleva tres décadas, gracias a la labor que realiza Fleitas, uno de los pocos maestros no nipones con la máxima distinción en esta modalidad entre lo deportivo y lo espiritual.

De hecho, el cónsul japonés, en un discurso leído en español e inglés agradeció la invitación realizada, al tiempo que mostró su felicidad por ver que lejos de su país encuentra elementos de su cultura. Además, felicitó al centro de artes marciales teldense, del que recibió una placa de honor por su asistencia a la convención, donde también acudieron la alcaldesa de Telde y el concejal de Deportes, Carmen Hernández y Diego Ojeda.

Tres décadas de trabajo

Pedro Fleitas destacó en su intervención en el acto oficial de inauguración del encuentro internacional de las artes marciales que las tres décadas pasadas desde la fundación del centro que regenta han sido una experiencia donde ha compartido lo que significa la práctica de las artes marciales Bujinkan. Así, indicó que esta disciplina «tiene como objetivo desarrollar las habilidades físicas, mentales y espirituales de sus miembros y desde esa práctica poder convertir este mundo en un lugar más habitable pleno de alegría y felicidad».

Asimismo, Fleitas rindió tributo a su familia, a su primer maestro y mentor, el doctor Masaaki Hatsumi, al que conoció en los años 80. El maestro teldense resaltó en su discurso la idea de soñar a lo grande, a ser constantes, «a seguir adelante en un camino que aparentemente no posee un objetivo visible». No hubo diplomas a los participantes, sino se entregó una flor.

Florentino López Castro

Florentino López Castro

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