El Secretariado Nacional de Drago Canarias, máximo órgano ejecutivo del partido, se reunió este pasado fin de semana en Las Palmas de Gran Canaria. El orden del día de la ejecutiva se centró en dotar a la organización de herramientas colectivas que propugnen el cambio de hegemonía política en Canarias para hacer posible la transformación del actual modelo económico y social.
Drago Canarias, como opción política extraparlamentaria más votada a la Presidencia del Gobierno de Canarias en las últimas elecciones celebradas, invita a la sociedad canaria a una participación activa, comprometida y solidaria desde su espacio político. Todo ello, con el fin de derrumbar con un voto masivo los límites que impone una injusta ley electoral promovida y mantenida por el Gobierno del Pacto de Las Flores y por el actual Gobierno de Canarias.
Del mismo modo y ante la actual división y desmovilización que promueven los permanentes conflictos en los que se hallan inmersos tanto la izquierda centralista, como el nacionalismo canario, el espacio político que representa Drago Canarias hace un llamado a la responsabilidad para no profundizar en la desafección política en un país como Canarias en que las tasas de abstencionismo histórico rondan el 50 % de la ciudadanía con derecho a voto.
Con independencia de los intereses personales o partidistas que cada organización determine, Drago Canarias se reafirma desde las instituciones políticas de las que forma parte y desde la visión confederal del partido, en criterios de seriedad e interés público canario. Forma parte del ADN de nuestro espacio el compromiso con la palabra dada al electorado, el compromiso programático y la transparencia pública, pensados desde y para Canarias.
En este sentido, durante el Secretariado Nacional se consideró prioritario para el escenario político confederal canario el devenir de las posiciones progresistas y soberanistas en la isla de Gran Canaria. Drago Gran Canaria presentará en los comicios del 2027 una apuesta sólida que permita a la población grancanaria alterar desde el voto y la representación institucional los desequilibrios estructurales y la destrucción del territorio en los que la isla se halla inmersa.