«Y de repente, Paco Santiago»

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Tal vez no esté todo escrito sobre Paco Santiago. Tal vez su círculo político esté aun por cerrar. El 5 de julio de 2013 fue condenado por el ‘caso Yrichen’, dimitía entonces el político y nacía un mito construido con pasajes históricos, una figura inagotable que ha recorrido casi medio siglo de trayectoria pública y que se mantiene intacta en la memoria de los que asistieron a su muerte y resurrección política.

Las huellas de Santiago en Telde son imborrables. Sus recientes declaraciones a ONDAGUANCHE alimentan una suerte de exótica fe entre sus seguidores que ven con inusitada ilusión su posible vuelta al ruedo político. No es extraño por tanto que entre sus detractores surja el efecto contrario, aquellos que siempre lo vieron como si fuera un potentado.

Paco, la figura más decisiva de la democracia en Telde, da un paso al frente para reconducir una organización cada vez más mermada. Lo necesitan y lo necesita (se necesitan). NC se ha convertido en un partido renqueante que deambula los últimos meses por la ciudad sin rumbo fijo. Ha perdido el contacto con la ciudadanía y su masa electoral se reduce a 4 concejales desorientados y exhaustos. Paco Santiago será el responsable de pilotar un proceso harto delicado, pero necesario para reconciliarse con las urnas.

Es normal que su paso adelante genere tanta sorpresa, expectación y preocupación. Santiago es un municipalista de grandes habilidades negociadoras y firmes convicciones demócratas, resuelto a hacer de Telde una ciudad mejor. El recuerdo de sus años de mandato plagados de dificultades donde combinó con éxito la audacia personal y el diálogo forman parte de su brillante hoja de servicio pública. Internamente aunó todos los sectores políticos involucrados en su organización activando un proceso orgánico que partió de las bases hasta alcanzar una máquina electoral imparable.

Tras haber completado la construcción de un partido bien estructurado y fuertemente arraigado a la sociedad, Paco Santiago tropezó con una oposición implacable y los vericuetos jurídicos que le arrinconaron. Posteriormente le estalló en las manos su propia formación política, minada por las luchas personales de poder y las divergencias ideológicas. Fue el principio del fin. Una adecuada perspectiva histórica de su labor como político y la actual degradación de la calidad del sistema democrático de Telde han magnificado (con justicia), la figura de Francisco Santiago, objeto hoy de las más amplias muestras de respeto y reconocimiento. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde…

Florentino López Castro, posee estudios de periodismo por la Universidad Internacional Isabel I de Castilla y es director de ONDA GUANCHE

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