«¿Negacionismo o Tripanofobia?»

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A ti amiga y compañera, porque yo sí entiendo tu trastorno y el sufrimiento que te produce.

De lo que a estas alturas nadie duda es que el SARS-CoV-2, además de llenar los hospitales de contagiados y fallecidos, también está  dejando a su paso una estela, cada vez mayor, de personas, incluido intervinientes como el personal sanitario, que, debido a lo dilatado y traumático de esta situación, han comenzado a sufrir trastornos mentales, como ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático (TEPT), o algunos tipos de fobias, como la Hafefobia, que es el miedo a tocar o ser tocado por alguien por temor a contagiarse. Debido a esto, creo que tampoco nadie tiene la menor duda de que la presencia de psicólogos en Atención Primaria es, más que recomendable, de urgente necesidad.

Pero si ya de por sí, la situación creada por la pandemia es complicada y traumática, los programas de vacunaciones han venido a complicarla un poco más.

Si por un lado, los bulos y la información sesgada sobre la existencia de la pandemia o los efectos adversos de las vacunas han creado en la población, incluso entre los vacunados, cierta confusión, por otro, en la gestión de los programas de vacunaciones de algunos gobiernos autonómicos, como el nuestro, no se ha tenido en cuenta las circunstancias particulares de ciertos grupos de personas que, aunque queriéndolo, no se han podido vacunar, subiéndolas, sin serlo, al carro de los  negacionistas.

Si más arriba hable de la Hafefobia como un tipo de fobia asociada directamente al temor al contagio de SARS-CoV-2, también existen otros tipos de fobias asociadas a las vacunas o a cualquier tratamiento que se administre utilizando inyecciones. En concreto me estoy refiriendo a la Tripanofobia, que es el miedo irracional a las inyecciones, y a la Belonefobia, que es el miedo las agujas u otros objetos que puedan causar heridas con sangre

Tanto la Tripanofobia, como Belonefobia, igual que el resto de las fobias, son miedos irracionales, pero, también, como cualquier fobia, son incapacitantes. En el caso que nos ocupa, limitan la capacidad de las personas que las padecen para vacunarse. Algo que, como he comentado anteriormente, no han tenido en cuenta muchos gobiernos autonómicos que han tomado medidas un tanto coercitivas para obligar a la población a vacunarse, como el uso de los certificados COVID para viajar o entrar en espacios públicos, sin pensar en los trastornos que padecen estos grupos de personas, haciendo que el sufrimiento por la incapacidad que les crean sus fobias aumente debido a la incomprensión, que, como cualquier otro  trastorno mental, sufren tanto del el resto de la población, como de los gobiernos  autonómicos de turno.

José Juan Sosa Rodríguez

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