Cada 7 de abril celebramos el Día Mundial de la Salud, una fecha que invita a reflexionar sobre nuestro bienestar físico y mental. Para mí, hablar de salud es hablar de deporte. No como una actividad ocasional, sino como un estilo de vida que transforma, forma y sana. Mi historia personal está íntimamente ligada a esta idea, y quisiera compartirla con quienes aún dudan del inmenso poder que tiene el deporte en nuestras vidas.
Mi primer contacto con el deporte fue en Las Remudas, en los años 80. Allí me inicié en el atletismo y el balonmano, dos disciplinas que marcaron profundamente mi juventud. Como atleta y jugador de balonmano, descubrí no solo la importancia del ejercicio físico, sino también los valores del esfuerzo, la superación personal y el trabajo en equipo. Aquella experiencia forjó el carácter con el que enfrento la vida hasta hoy.
Con el tiempo, esa pasión se transformó en vocación, y comencé a ejercer como entrenador de balonmano. Pero no me bastaba con entrenar, quería hacer algo más. Fue entonces cuando decidí impulsar una escuela de balonmano en Jinámar, con el objetivo de ofrecer a los niños y jóvenes del barrio una alternativa saludable para ocupar su tiempo, desarrollar sus habilidades y, sobre todo, cuidar su salud física y mental.
Hoy en día, continúo colaborando con el Club Balonmano Remudas, con la misma ilusión del primer día. Creo firmemente en el principio de mens sana in corpore sano (mente sana en cuerpo sano), una filosofía que cobra aún más relevancia en un mundo donde el estrés, el sedentarismo y la ansiedad afectan cada vez a más personas, incluso desde edades muy tempranas.
En este Día Mundial de la Salud, quiero invitar a la sociedad —padres, madres, educadores, instituciones— a mirar al deporte no solo como una actividad recreativa, sino como una herramienta fundamental para construir una sociedad más saludable, equilibrada y solidaria. Invertir en deporte es invertir en salud, en valores, en futuro.
Y si con mi historia logro inspirar a una sola persona a ponerse las zapatillas, coger un balón o simplemente moverse con alegría, entonces habrá valido la pena compartirla.
Diego Fernando Ojeda Ramos, fue concejal del Ayuntamiento de Telde y actualmente es asesor en la Consejería del sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo Insular de Gran Canaria.