Las fiestas de Melenara tienen un reconocimiento social importante, y su espectáculo pirotécnico acuático está considerado de los mejores de la Isla, casi en pugna con los terrestres de San Lorenzo; son miles los ciudadanos que la noche de ‘los fuegos de Melenara’ colapsan el núcleo costero teldense. El colectivo Meclasa lleva muchos años organizando con total éxito y consideración desde diversos sectores.
Con sorpresa, leo hoy en un medio digital teldense, que los actos festivos de este 2024 van a estar a cargo de un colectivo de reciente creación, presidido por una histórica vecina. Por supuesto, no dudo de la eficiencia que pueda tener esta señora organizando, pero el colectivo Chinchorro de Melenara sí que no ha hecho nada hasta hora, pues es neonato total.
En este entramado hay, como mínimo, dos datos importantes: el nuevo colectivo ya tiene elaborado el plan de fiestas, con fechas de inicio y finalización, lo cual indica a las claras que viene trabajando desde hace tiempo en la cuestión, incluso antes de su nacimiento, si no es que fue creado para esto y para desplazar a Meclasa; el otro dato relevante es que el miércoles 31 el alcalde recibe al nuevo colectivo, lo que puede también indicar una posible maniobra de este discípulo, que parece actuar al dictado de Guillermo Reyes, cual marioneta, para quitar del camino a Leo Hernández, que no esconde su vinculación con NC, desde hace muchos años, y que ha venido organizando las fiestas de Melenara con gobiernos municipales de distinto color político, porque de lo que se trata era de la buena organización de las fiestas. Y cuando algo funciona, y muy bien, no hay razón para cambiarlo.
Tiene todos los tintes de una pardelera política sobre Leo Hernández, pero innoble. La lucha canaria, deporte del que he tomado el nombre de esta triquiñuela, tiene un señorío que este equipo de gobierno de Telde no practica porque son virtudes que no conoce. Me apena ver que hay otros concejales en el gobierno, a los que estimo y considero -y ellos lo saben- pero que callan ante este atropello ciuquero porque en Telde parece que manda alguien que no ha sido elegido. Qué pena…
Antonio Sánchez Guerra, periodista