EL POLICÍA LOCAL DE TELDE JESÚS CALZADA SE RETIRA TRAS CASI 40 AÑOS DE SERVICIO

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Jesús Calzada, más conocido como Chus entre los vecinos de Telde, entregó el pasado jueves su placa de policía local tras más de 37 años patrullando en las calles. El que también fuera policía foral del Valle de Baztán durante su estancia en el pueblo navarro de Elizondo se convierte de esta forma en el último miembro de su familia en dejar el cuerpo, por el que también pasaron previamente su padre y dos de sus hermanos mayores.

El patrullero se ganó el cariño tanto de navarros como de teldenses durante su trayectoria profesional, como le han hecho llegar por todos los medios desde que comunicó su despedida. El motivo que le ha hecho dejar el cuerpo policial a sus 58 años es el infarto que sufrió en septiembre de 2021, pocos meses después de volver al Archipiélago, por el que le concedieron la semana pasada la incapacidad para seguir ejerciendo su labor. 

«Yo me uní a la policía porque lo llevaba dentro. Cuando un padre te enseña lo más importante, a tener actitud, a que salgas a la calle y la gente te salude, esa siembra termina dando su cosecha», aseguró Calzada. De hecho, cuando se planteó por primera vez la posibilidad de entrar al cuerpo lo veía una misión casi imposible porque ya estaban dentro tres de sus familiares más cercanos. «Creo que mi padre no quería que me marchara a la Península después de haber estado 18 meses en los boinas verdes prefería que me quedara aquí», incidió. 

Durante algunos años llegaron a coincidir en la misma comisaría el padre de los Calzada con tres de sus hijos. «Yo era el más pequeño y el más revoltoso, pero la verdad es que fue muy emocionante porque mis hermanos llegaban y me decían lo de ‘a tu orden, mi sargento’ cada vez que coincidíamos», recordó el menor de los hermanos que ejercieron su labor en el municipio. 

Sin embargo, en 2013 tomó la decisión de coger un vuelo a Donostia para acompañar a su mujer en su tierra natal después de que los médicos le detectaran el Sarcoma de Ewing. A 60 kilómetros de distancia de allí encontró su segundo hogar en el pequeño pueblo de Elizondo, con poco más de 3.000 habitantes, donde se convirtió en el primer canario en unirse a la policía foral del Valle de Baztán, que le acogió con los brazos abiertos. 

El expolicía pasó allí el confinamiento, en el que acumuló numerosas anécdotas junto a los vecinos del pueblo. «Al ser policía local los días que tenía libres iba apuntando todo lo que necesitaban los vecinos, sobre todo los más mayores, e iba tranquilamente al supermercado y se los traía a sus casas», aseguró Calzada. 

Para el teldense era habitual pasear por las calles y ver a su paso a algunos residentes que se asomaban a sus balcones con un acordeón para tocar canciones en euskera. «Eran unos detallazos de la gente joven porque tampoco era una cuestión de estar encima de ellos y recordarles que tenían que permanecer en sus casas, sino que también había que tener empatía con ellos y ver que se pasaba mal y que nosotros teníamos que predicar con el ejemplo», remarcó el menor de la familia.

Su amor por ese lugar se extendió incluso después del fallecimiento de su mujer, por lo que decidió quedarse dos años y medio más. Sin embargo, en la última visita de su hermano Martín le preguntó que qué hacía allí solo, lo que le despertó un sentimiento de añoranza hacia su tierra natal que le hizo darse cuenta de que su etapa allí ya había terminado. Por eso mismo le comunicó al comisario de la zona su decisión de volver a prestar servicio en sus últimos años en la ciudad de Telde. «¿Cómo te vas a ir, si eres una institución aquí y ya todo el mundo te conoce?», le cuestionó el comisario al respecto, pero la decisión ya estaba tomada. 

En su despedida de Navarra los locales celebraron un acto en el que participaron comisarios de distintas regiones limítrofes para entregarle una serie de txapelas y de cuadros firmados con dedicatorias personalizadas y con su placa número 1182. «Marcaste estirpe, tutorizaste con tu experiencia y patrullaste como policía cercano que empatizaba con el ciudadano y, sobre todo, con las personas mayores en tus charlas preventivas», subrayó la policía foral poco antes de su marcha. 

Su etapa en la Península le convirtió en el primer canario en llevarse fuera del Valle del Baztán una placa de reconocimiento por los servicios distinguidos. Sin embargo, otro de los eventos que aceleró su vuelta a Canarias fue el fallecimiento de su hermano, el también policía Martín Calzada, el mismo día en el que recibió un homenaje en Telde con motivo de su jubilación. 

Un recibimiento por todo lo alto

«El recibimiento a mi vuelta a Canarias también fue muy bonito, porque me encontré con compañeros que hacía años que no veía, a veces se cabreaban porque me llamaban y no cogía el teléfono cuando estaba en la zona de la frontera, pero se portaron muy bien, fueron muy respetuosos y me decían qué cosas habían nuevas, qué calles habían cambiado de dirección y yo me reía y decía que estaba en un lugar donde no conocía casi nada, pese a haber nacido aquí», enfatizó el ex policía.

Sin embargo, a los pocos meses de volver a la policía local sufrió un infarto que adelantó su jubilación. «Desde entonces he estado luchando con la enfermedad, pero la verdad es que lo llevo muy bien», subrayó Calzada un año y medio después de aquel incidente. 

El jueves pasado cerró su etapa profesional después de recibir la resolución de incapacidad que supuso su retirada. «No quería hacer una fiesta y una despedida como tal porque ya tenía el recuerdo de mi hermano y decía a ver si me voy a morir yo también», explicó el expolicía. 

A pesar de todo, los cargos públicos del municipio no dudaron en tener unas palabras con el último en retirarse de los Calzada. La alcaldesa de Telde, Carmen Hernández, el jefe de la Policía Local, Félix Ramos, el concejal de Coalición Canaria, Héctor Suárez, y el concejal en la oposición de Ciuca, Juan Antonio Peña se reunieron con él en San Juan para darle las gracias por los servicios prestados en la ciudad. «La saga de los Calzada en Telde ha terminado», concluyó el expolicía.

La Provincia-Dlp

 

 

 

EL DISPARATE DEL TECHO SOLAR EN LA NAVE DEL PUENTE DE LOS SIETE OJOS DE TELDE RIDICULIZADO POR EXPERTOS EN PATRIMONIO

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Dos expertos en patrimonio histórico como Amara Florido, autora de los inventarios del patrimonio industrial de Canarias, y Antonio González, cronista oficial de Telde, se han manifestado en total desacuerdo con el techo solar que propone el anteproyecto elaborado por la concejalía de Mediambiente del Ayuntamiento local para la recuperación y reconversión de la antigua nave almenada del Puente de Siete Ojos en un centro de recepción de la Casa Verde Municipal, en Cendro. Una iniciativa que aspira beneficiarse de una subvención otorgada por fondos europeos o del Cabildo de Gran Canaria.

Este se trata de un edificio que data de mediados del siglo XIX, de gran valor histórico para la ciudad y para Canarias, pues es, si no la pionera, una de las primeras naves creadas en todo el Archipiélago para el empaquetado de tomates, obra, además, del ilustre ingeniero grancanario, Juan León y Castillo.

Para Amara Florido, quien posee una gran sensibilidad sobre cuestiones de patrimonio industrial, poner un techo de estas características rompería por completo con la esencia de este lugar. « Este es un edificio singular de Canarias, es el único almacén almenado que se conserva en el archipiélago y creo, desde mi humilde opinión, que poner un techo con placas solares no es lo más acertado. Lo suyo sería poner un techo de tejas, que es lo que predominaba en aquella época», apunta. Todo ello se lo ha hecho saber estos días a Álvaro Monzón, concejal de Mediambiente y impulsor de este proyecto.

Antonio González, gran conocedor de la historia de Telde, se apoya en la queja de Florido para apuntar que «después de tanto tiempo reivindicando la recuperación de este lugar, no es justo que se vaya a hacer semejante barbaridad». Además, González invita a la corporación a que destinen la instalación de esas placas solares en otros espacios de la ciudad y no «destrocen» la nave. «El impacto visual que podría generar este techo lleno de placas solares pondría en peligro el valor del edificio», opina el cronista oficial.

El deseo de los dos es que el Ayuntamiento recule y se cree un plan de rehabilitación que respete al máximo la forma original del inmueble. A pesar de ello, ambos se muestran muy alegres por saber que alguien por fin se interesa en restaurar el abandonado almacén.

Un proyecto en fase de debate

Por su parte, Álvaro Monzón ha querido matizar que la idea del techo solar se encuentra dentro de una primera propuesta ideada por un arquitecto, la cual «aún se encuentra en fase de debate», por lo que nada es definitivo. «Nuestro principal objetivo es la reforma del espacio, ya que desde hace tiempo vemos que está en peligro. El resto todavía hay que estudiarlo. Lo que no me esperaba es que esto se convirtiese en una puerta abierta para criticarme», apunta. Además, Monzón ha adelantado que Florido ha quedado invitada a la próxima comisión de patrimonio histórico, en abril, en la que podrá aportar su visión del proyecto.

Canarias7

LA PLANTILLA DE DISA HOLDING SLU ANUNCIA MANIFESTACIONES Y CONCENTRACIONES PARA DESBLOQUEAR EL NUEVO CONVENIO COLECTIVO

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Los trabajadores así como las tres centrales sindicales que los representan, reprochan a la empresa sus prácticas dilatorias en la negociación y que los enormes beneficios empresariales no estén repercutiendo en  los trabajadores. En este sentido, los trabajadores y su representación legal anuncian que la primera manifestaciones a las puertas de la empresa se realizará el próximo día 15 de marzo, a las 12:30 horas, en el centro de trabajo de Madrid, y no se descarta el preaviso de huelga.

Basta ya. Es el grito con el que la plantilla de la empresa Disa Holding Energético SLU se ha plantado ante lo que consideran un abuso por parte de la compañía. Anuncian manifestaciones y posible convocatoria de huelga en todos los centros de trabajo y exigen el desbloqueo del convenio colectivo.

De hecho, las tácticas dilatorias puestas en marcha por la empresa han sido uno de los detonantes del hartazgo de los empleados. Denuncian  que  se juega con la estabilidad económica y familiar de la plantilla mediante una actitud de intransigencia y cerrazón en  aspectos  fundamentales  del convenio colectivo, cuya renovación es inevitable, pese a los retrasos y bloqueos que la empresa intenta poner sobre la mesa.

Lo que están pidiendo los trabajadores es, sencillamente, que se le reconozcan debidamente sus derechos, máxime teniendo  en  cuenta  que esta empresa, perteneciente al Grupo DISA, factura cientos de millones de euros  al año, mientras  que esta bonanza de resultados  empresariales no está teniendo reflejo alguno en las condiciones laborales, sociales y económicas de su masa trabajadora.

De hecho, el Grupo DISA facturó en 2020 cientos de millones en pandemia, y superando dichos beneficios en los años 2021 y 2022. Sin duda unas cifras económicas abultadas que necesariamente deben revertir también en quienes las hacen posibles, que nos son otros que los trabajadores.

No es de recibo que esta plantilla siga teniendo sus salarios congelados, al tiempo que tampoco se revisan las condiciones de salud laboral, seguridad en el trabajo o conciliación familiar. Por no mencionar las desigualdades salariales existentes entre trabajadores de distintos centros de trabajo, a igualdad de funciones, lo que es claramente contrario a la legislación vigente. Por si no fuera poco, la pretensión de la empresa es una mera revisión salarial muy por debajo del IPC sobre una parte del salario y pretende que más del 50% del salario continúe congelado aplicando una formula ilegal de congelación salarial.

Es intolerable que una empresa que factura semejantes millonadas al año, y con un crecimiento en facturación constante año tras año, ofrezca a sus trabajadores una miseria que no llega ni al IPC. La empresa enriqueciéndose mientras sus empleados pierden capacidad adquisitiva año tras año. No es justo.

Lo que da mayor vergüenza es que, al mismo tiempo, las empresas que conforman el Grupo DISA presuman de buenas prácticas para con sus plantillas, cuando la realidad es muy distinta.

Lo que venimos a exigir desde las diversas centrales sindicales,  recogiendo las exigencias de los trabajadores, es que la empresa aterrice de una vez en la realidad de los tiempos actuales, donde no es de recibo que se tenga a este gran grupo humano en una situación de incertidumbre por no disponer de su convenio actualizado, lo que parece convenir a la empresa al poder disponer libremente de las vidas y tiempos de los trabajadores, así como de sus retribuciones salariales. El feudalismo hace tiempo que terminó, pero aquí por lo visto no se han dado cuenta aún.

Desde estas formaciones sindicales podemos afirmar que no permitiremos que esta clase de atropellos con la clase de trabajadora  se  siga manteniendo, por lo que, de acuerdo y acción conjunta con los trabajadores, avisamos de que las manifestaciones y posibles paros ya tienen fecha de comienzo y se van  a extender a otros puntos geográficos del país,  con repercusión en todos los estamentos de la sociedad, incluidos por supuesto los judiciales, ya que el abuso que se viene cometiendo así lo requiere.

Vamos a solicitar una reunión con el Gobierno de Canarias, Ministerio de Industria y Energía, Delegación del Gobierno y Dirección General de Trabajadores del Gobierno de Canarias, para llevar esta  problemática  a todos los estamentos que tienen algo que decir al respecto. Así mismo daremos buena cuenta de los grandes beneficios de esta compañía y de cómo trata salarial y laboralmente a sus  empleados,  donde  creemos quedara retratada la incoherencia de presumir de grandes beneficios y expansión de la compañía y después ofrecerle a sus empleados migajas con la excusa de que no se puede ofrecer más porque las condiciones no lo permiten.

La reclamación de la plantilla, a la que estas organizaciones sindicales se adhieren sin reservas, es tan simple y básica como solicitar a la empresa que, de una vez por todas, se siente con seriedad, lealtad, y ánimo constructivo, a negociar el nuevo convenio colectivo. Que abandone su actual representación teatral de hacer como que negocio pero sin avanzar ni un milímetro.

En el ánimo de la plantilla, y de su representación sindical, está evitar la conflictividad y alcanzar un acuerdo justo para unos trabajadores que se lo han ganado con creces.

Pero, dicho lo anterior, de persistir la empresa en su actitud de obstrucción y torpedeo a las negociaciones, podemos asegurar a la sociedad que la conflictividad que se avecina será de alto voltaje, y las acciones sindicales a llevar a cabo contemplarán todo el abanico que la ley pone a nuestra disposición para defender los legítimos derechos de estos trabajadores, hasta las últimas consecuencias.

Entre las muchas medidas que tomaremos, figura con toda claridad un preaviso de manifestaciones, que de no surtir el efecto deseado,  se convertirá sin ninguna duda en una huelga en toda regla. La paciencia de los trabajadores ya se ha estirado demasiado, y en frente sólo  han encontrado burlas y desprecio.