Ignacio Hernández, el luchador teldense conocido como Pollo del Callejón IV, no pudo ser velado en el tanatorio municipal tras su fallecimiento en la mañana del pasado lunes. Las puertas que dan acceso a la cámara con frío en donde se instala la caja fúnebre con el cuerpo del difunto en las salas velatorio del único tanatorio de Telde no tienen la suficiente anchura como para dar cabida a un féretro del tamaño del fallecido, que pesaba unos 200 kilos.
La sorpresa se la llevaron los familiares al trasladar el cuerpo hasta el centro, ubicado en el parque empresarial del cruce de Melenara. Al intentar introducir el ataúd (que fue construido con dimensiones especiales) en el inmueble, los encargados de la instalación tuvieron que avisar a los familiares que era imposible que cupiese en ninguno de los túmulos del tanatorio y aconsejaron que llevaran el cuerpo al tanatorio de San Miguel en Las Palmas de Gran Canaria, en donde sí hay túmulos especiales para personas de talla excepcional.
Los familiares denunciaron esta situación en el programa radiofónico Al Descubierto y alegaron que siendo el único tanatorio que se encuentra en el segundo municipio con mayor población de la Isla (con más de 100.000 habitantes) «deberían tenerse en cuenta este tipo de casos», sostuvo uno de los hermanos del difunto. Además, el tanatorio también atiende algunas demandas de los ciudadanos de los municipios del Sureste. El familiar también manifestó la molestia que le ocasionó a la familia el traslado durante los últimos días hasta la capital para velar por Ignacio y reiteró la necesidad de que el municipio tenga en cuenta este tipo de demandas.
El tanatorio municipal cuenta actualmente con cuatro salas que poseen túmulos de dimensiones ordinarias: unos 70 centímetros de ancho y unos 2,2 metros de largo, aproximadamente. «Ignacio tenía una espalda de un metro, por lo menos», explica otro de los hermanos del difunto. Asimismo, el tanatorio tiene prevista la construcción de más salas velatorios desde hace varios años, con el fin de cubrir con el gran número de visitas de los residentes de Telde y de otros municipios colindantes que han ido en aumento a lo largo de los años. Y da la opción de contemplar este tipo de túmulos de mayor tamaño. Por otro lado, todavía se espera la apertura de la segunda fase de este proyecto, finalizada hace casi diez años con medio millón de euros, que corresponde al horno crematorio, una cafetería y una capilla multifuncional.
Asimismo, la molestia por este suceso ha ido disipándose a lo largo de los días y, en parte, ha sido saldada gracias a que el difunto pudo ser enterrado en Telde.
«La preocupación que teníamos era que no hubiera nichos en donde cupiese la caja», expresó uno de los familiares, que explicó que en la mañana del entierro se ejecutaron obras de construcción de un nicho con las dimensiones del féretro en el cementerio de San Gregorio. «Queríamos que fuera enterrado en Telde, era una persona muy querida y admirada en el municipio», explican, y agradecen la rápida actuación para hacer realidad esta petición familiar.
La Provincia-Dlp