POLÉMICO ASFALTADO EN PLAYA DEL HOMBRE

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La indignación se palpa en la calle Góngora, en Playa del Hombre. Llevan años, como casi todo el resto del barrio, quejándose del «abandono» al que les ha sometido el Ayuntamiento de Telde, pero a ese sentimiento se le acaba de sumar ahora la sensación de que, para colmo, les han engañado. ¿Por qué? Porque les llevaron el ansiado asfalto casi hasta la puerta de sus casas, pero solo para que lo olieran. Apenas repavimentaron un tramo, el que parte de la calle Rafael Monzón Grau Bassas hasta la intersección con Ercilla. Son unos pocos metros de la parte situada más al sur de una de las calles más largas y más transitadas de este populoso barrio costero. El resto de la vía sigue en la Edad de Piedra. Hay puntos en donde el asfalto ya se ha desintegrado y solo queda grava desecha. Y los boquetes de lo que fue un campo de minas ahora lucen rellenos por un parcheado reciente, pero poco refinado. No le pasaron la apisonadora, por lo que el pavimento empieza ya a ceder.

Bonifacio Sánchez casi ni se lo podía creer. Había visto trabajando a las máquinas en la calle de arriba y en la de abajo. Ni se le pasaba por la cabeza que la suya iba a quedarse fuera. «Fui a preguntarle al policía local cuándo iban a cortar Góngora para organizarme con los coches, pero mi sorpresa fue que me dijera que Góngora ya estaba asfaltada». Aludía al pequeño tramo sur de la calle. Su gozo en un pozo. El siglo XXI pasó de cerca, muy cerca, pero siguió de largo. Y eso a pesar de que Góngora atraviesa Playa del Hombre de sur a norte y es incluso por la que discurre la línea de guagua de la costa.

«Mi hijo ya tiene 23 años, pues me acuerdo perfectamente que la última vez que esta calle se asfaltó fue un año antes de que él naciera, hace 24 años», hace memoria Antonio Cedrés. Es decir, en 1996. Confirmado. El siglo XXI aún no ha llegado a esta calle de Playa del Hombre. Y, por si no fuera poco, Bonifacio hace una apostilla. «Fue hace 24 años, pero que conste que lo pagamos los vecinos, el 75% de aquella obra, que también incluía aceras y alumbrado, la costeamos con unas contribuciones especiales».

Se preguntaba en voz alta si es que, en justa correspondencia, el año que viene los vecinos de esta calle podrán pagar solo un cuarto o un quinto del IBI que les reclama el Ayuntamiento. «Aquí nos cobran impuestos al nivel de Tafira o de Santa Brígida, y sin embargo nos tienen abandonados». María Sol Bellas se pone de ejemplo. «Por mi casa pago 1.500 euros y por un piso, 300, ¿tú crees que lo que ves en el barrio justifica esos impuestos tan altos?». Le da vergüenza ajena que una delegación del Ayuntamiento viajara a China para vender la ruta Sanmao, la escritora de aquel país que residió en Playa del Hombre. «¿Le enseñaron a los chinos cómo vivimos aquí?», inquiere, contrariada, mientras señala la maltrecha escalera para peatones que une Góngora con Goya o un poste de luz convertido en una fregona gigante enmarañada de cables. Rita Caballero da otro dato. «Viví en Ciudad Jardín, y aquí pago impuestos más altos». Tanto, que les consta que algunos vecinos, ya pensionistas, han tenido que dejar el barrio al no poder afrontar tributos tan altos.

Se quejan de falta de limpieza, malos servicios, pocos y descuidados equipamientos públicos… Rosella Pietro advierte incluso de que hay un punto de contenedores contaminado con restos de amianto que nadie ha venido a recoger pese a sus quejas. «Lo he denunciado pero no hacen caso, nadie lo retira».

Optimizar recursos

Mientras, el edil de Obras, Eloy Santana, entiende el enfado, pero explica que los recursos son pocos y hay que optimizarlos. Dice que de los 215.900 euros de este proyecto, buena parte del dinero fue a parar a Playa del Hombre, pero no daba para todas las calles y «se optó por arreglar la peor que estaba», Grau Bassas, y a partir de ella, las que cerraban el anillo, Bécquer, Ercilla, parte de Góngora y Goya. Promete que la siguiente remesa en este barrio beneficiará seguro a Góngora.

Canarias7