El comunicador Ezequiel López, afirmó en la editorial de su programa de Radio Faycán “El Mostrador” que «seguro que no será lo último que vea y además están en su derecho buscar los aliados que se crean oportunos para conseguir votos. Gáldar es una ciudad que no está tan lejos, y donde si me apuran un poco se sabe todo cuando así se quiere, por los medios existentes y porque las relaciones del resto de la Isla con ese destino no son tan distantes como pudiera ser la propia Aldea.
Telde vivió una etapa muy convulsa mediáticamente en los años previos al mandato de aquellos políticos que dejaron de herencia a la ciudad de los Faycanes un caso con muchos visos de corruptela dentro y fuera del Consistorio. En esa campaña mediática hubo un personaje claramente identificado que Telde llegó a odiar por su comportamiento mísero con todos los que no compartía sus insultos entremezclado con un humor rancio, ni el apoyo a su equipillo político.
Ese aventurero con su medio se despachó, utilizando la libertad de expresión como arma arrojadiza para insultar, humillar y menospreciar a todo hijo de vecino de esta Ciudad. La verdad toda sea dicha, llegó a contar con un importante seguimiento que, todo sea dicho de paso, muchos por miedo a ser criticados, y por represalias, en el medio y fuera de él, hechos que compartía con unos espadachines políticos socios del medio.
En su existencia triunfal su objetivos a matar, radiofónicamente, eran los miembros de Nueva Canarias, insultaba y vejaba a Paco Santiago, a Julián González, Ildefonso Jiménez, Celeste López, Paquita Hernández y un etcétera amplio, amén de los amigos, familiares y empresarios de Nueva Canarias, aquello era espeluznante, creo que lo nunca visto, marcando una clara distancia entre los medios de comunicación dentro y fuera de Telde, pues nadie quería verse mezclado con tal espécimen radiofónica.
Nueva Canarias y su gente, creo que tarde mal o nunca se podría reconciliar con susodicho personaje dejando al margen, que no es fácil, por el daño hecho, al propio medio radiofónico. No es fácil recordar esos momentos vividos en esta ciudad, que luego dio paso a la ruina de la misma, gobernada por aquellos salvadores anunciados por ese mismo elemento.
Saco esto a colación hoy porque en estos días atrás he podido ver a un político que he defendido y en el que he creído por su acertada gestión y valentía ante dilemas públicos que ha resuelto actuando siempre en favor del interés general, mezclado con este personaje que tanto daño ha hecho a sus colegas de partido.
Teodoro Sosa no necesitaba dejarse ver con el matón del barrio para demostrar que él se enfrenta a todos sin miedo alguno, cuando se quiere demostrar algo que es para decirles a los vecinos que usted es de credibilidad, no necesariamente se tiene que ir y rebuscar tan bajo, en el fango. No me imagino yo a Teodoro peleándose a trompetazos con los vendedores de drogas en su municipio, ni participando en ninguna redada contra los narcos para que los galdenses le crean que está en contra, que sustancias de ese tipo pululen el mercado y se castiguen a los que hacen uso de su trapicheo.
Yo valoro, aprecio a Teodoro, nunca pensé que la política le llevara, a mi modesto entender a negociar con un impresentable que no le ha importado arrastrar los nombres de sus líderes, Román Rodríguez, Antonio Morales, Paco Santiago, entre otros, a lo más denigrante que se le puede decir a través de un micrófono.
Teodoro Sosa es un político inteligente y sabe muy bien, como decimos por aquí con quien se gasta la perras, si él ha creído oportuno bajar a las cloacas, según algunos, después de ver ese lindo reportaje que ha compartido con el susodicho, allá él, yo me veía con el compromiso de recordarle que con quien ha trabajo en esa entrevista, es el mismo que hacía que los familiares de esos líderes políticos vivieran un calvario mientras duraba su programa de radio, teniendo algunos que medicarse para sobrellevarlo.
No ha sido fácil Teodoro, el mercado periodístico está lleno de profesionales que posiblemente no te conozcan o no comparta contigo ideas políticas y además no han tenido la necesidad de insultar, vejar o humillar a nadie para decirle lo que piensa, muchos en paro y otros dignamente llevando a cabo su tarea profesional sin ningún aspaviento. Por último, quien quiere mal por su gusto, al infierno a quejarse», sentenció el veterano locutor.
