Otra vez se repite la hipocresía de la casta política de Telde durante la despedida del concejal multi-tránsfuga, Guillermo Eugenio Ostolozaga, a quién nada hay que agradecer, más al contrario, reprochar que haya devuelto el transfuguismo al salón de plenos, frustrando la intentona de Carmen Hernández de incorporarlos a su Gobierno de laboratorio.
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En el caso de este muchacho por partida doble, primero traicionó a ‘Se Puede Ganar’, el partido que le aupó al Ayuntamiento, y luego a su compañera Esther González, de quién se desmarcó para arropar a Brito el ‘matacabras’.
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Guillermo Eugenio Ostolozaga nunca estaba ni se le esperaba en estos dos años y medio de mandato en el grupo de los no adscritos (tránsfugas), pero es más, ni siquiera contribuía a pagar el alquiler del local de Podemos que al final tuvieron que abandonar.
La emotiva despedida de Guillermo Eugenio Ostolozaga que emula la de la otra ceporra, inútil política y vaga infecta, Natalia Santana, sólo se puede entender en el contexto del espíritu navideño. Definitivamente, Guillermo Eugenio Ostolozaga y Natalia Santana son dos concejales para olvidar.
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Manuel Ramón Santana