La otra noche me sucedió algo que aún ni puedo ni logro entender; evidentemente salí sorprendido y, por supuesto, bastante enojado. Era viernes y había quedado con unos clientes sobre las 20:30 en la zona de La Puntilla que, como sabemos, se pone a tope de personas a partir de esa hora, sobre todo la zona del mercado del Puerto, reconvertido, por decidido y acertado empeño del ayuntamiento capitalino, en área de ocio y restauración. Antes de seguir con mi relato, deseo agradecer y felicitar a los distintos grupos de gobierno y oposición municipal que han pasado por el ayuntamiento por la apuesta decidida que mantienen en dinamizar esta estratégica área de la ciudad, clave para muchos sectores productivos, especialmente el turismo, que descubre en este rincón porteño un privilegiado recoveco donde interactuar con nuestra población.
No obviamos que cuando se abra al público el delfinario “Poema del Mar”, se cree el paseo aéreo para conectar este atractivo turístico con la zona de La Puntilla y, sobre todo, cuando se soterre parte de la autovía marítima que discurre por la zona y nos olvidemos de las colas y del denso, contaminante y ruidoso tráfico, veremos cómo esta zona aportará a la ciudad un pulmón de aire limpio y espacio libre para sus ciudadanos. Como iba comentando, después de la cita con mis clientes, me dirigí al párking situado en los bajos del edificio de la Concejalía del Puerto de La Luz a retirar mi coche que lo había dejado estacionado allí porque iba justo de tiempo y sabía que si me metía por una de las calles de la Isleta buscando aparcamiento posiblemente encontraría alguno, pero cerca del barrio de Las Coloradas.
Cuál fue mi sorpresa cuando, no siendo aún las 21:00 horas ya me encontré todas las puertas de dicho párking cerradas y vi con claridad que no abrían… ¡hasta el próximo día, sábado! O sea, que iba a estar sin mi coche hasta el día siguiente. Entonces me pregunté… ¿dónde está la decidida apuesta del ayuntamiento por dinamizar la zona? ¿No se da cuenta el ayuntamiento que un párking cerrado a esa hora produce más agravios que ventajas? ¿Qué privilegios tiene este párking que no puede mantenerse abierto las 24 horas? Todos los párkings privados que conozco abren las 24 horas; ¿Cómo es posible que el ayuntamiento capitalino vaya “vendiendo” a los promotores hoteleros y de restauración esta zona cuando todas estas plazas potenciales de aparcamientos las anula? ¿Es que acaso el ayuntamiento va a ser cómplice de más diferencias sociales?
En fin, tuve que hacer de tripa corazón y, como dice el refrán “No hay bien que por mal no venga”, aproveché para regresar a casa caminando no sin antes oír y ver cómo un estupendo cuarteto de músicos ubicados en la popular “Plazoleta de Farray” tenían deleitados a vecinos y visitantes con su virtualidad vocal e instrumental. ¡Ole por la iniciativa… aunque sea privada!
Julián León