Hay terrazas en aceras que obligan al peatón a circular por el asfalto. Otras veces obstaculizan accesos a viviendas, o salidas de emergencia. Otras directamente no tienen siquiera autorización. Por eso Urbanismo se ha propuesto poner orden y ha iniciado un proceso para regularizar su uso.
La responsable de Urbanismo, Gloria Cabrera, advierte de antemano de que el Ayuntamiento no persigue un fin represor con la implantación de estas medidas. Antes al contrario, entiende que es un recurso más para la buena marcha de la economía local, pero que por eso mismo ha de regirse por unas reglas que hoy en día muchos empresarios no están cumpliendo. «Lo que buscamos es poner un poco de orden y regular», aclara Cabrera, que confiesa no entender cómo hay propietarios de locales que colocan mesas y sillas frente a sus negocios sin antes tramitar un permiso por ocupar el suelo.
Entre otras cosas, el departamento municipal de Urbanismo está ya requiriendo a muchos dueños de estas terrazas porque les caducó la autorización que se les concedió. Este permiso, por el que se abona una tasa, ha de renovarse anualmente y muchos se han dejado ir. Y los técnicos aprovecharán el trámite para instar al promotor a ajustarse a los baremos del permiso otorgado. Se dan casos en que el empresario ha triplicado el número de mesas y sillas que tenía en la licencia y, consecuentemente, se ha extralimitado en la superficie de suelo público para cuya ocupación disponía de una autorización.
Esta regularización abarcará todo el municipio. El verano anterior se intentó en la costa, pero se aparcó. Ahora se retomará.
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