¿Se acuerdan de mi amigo Perico? Sí, coño, aquel amigo de la infancia, y que todavía mantengo. El amigo, guía, testigo y confidente de cada episodio de mi vida ¿Se acuerdan de él?
Pues a pesar de que lo conozco prácticamente desde el mismo momento en que fuimos engendrados, Perico sigue manteniendo la virtud -o vaya usted a saber qué es- de sorprenderme. Y así lo hizo cuando leyó la noticia sobre las pintadas en la estatua de Colón, en Barcelona, contra la efeméride del 12 de Octubre.
Después de dar un respingo, mi amigo cerró el periódico y exclamó: ´Cuando la tontuna se convierte en paradigma, los tontos crecen´.
Los tontos -y por tontos gregarios de la falacia llamada ´anti sistema´ y que otrora, eufemismos aparte, se le conocía como anarquismo- han tomado la senda que le han marcado los ideólogos de la tontuna paradigmática. Porque de ser tontos o gilipollas -por aquello del bueno de don Gil y sus pollas del Madrid decimonónico- es interpretar la historia de una forma sesgada por la mentalidad de nuestros días, prejuicios actuales o concepciones ideológicas que no vienen a cuento.
Porque si de limpiar los agravios y genocidios de los sistemas imperialistas de ayer y de hoy se trata, comencemos por borrar cualquier vestigio del degenerado y esclavizarte Imperio Romano -también las lenguas romances- de España. Pinturas rojas para el nombre de Tarragona – por aquello de la Hispania Tarraconensis-. Cambiemos el nombre a Zaragoza –Caesaraugusta, en honor del emperador César Augusto-. Y, puestos, ¿por qué no le devolvemos al-Ándalus a sus legítimos propietarios? Porque, si de limpiar agravios se trata, los moros ya vivían en Andalucía antes de que España fuera un estado, o imperio ´en vías de desarrollo´
En fin, tontos adeptos y descerebrados por la tontuna paradigmática, la historia -y no lo he dicho yo- es como es, y no como pudo haber sido. Por eso, por ser la historia como es, los romanos conquistaron Europa, los árabes el Mediterráneo, España, Portugal y el Reino Unido el continente americano… Y por eso, por ser la historia como es, el orden mundial -más malo que bueno- es el que es.
Fieles devotos de la tontuna, del mismo modo que si les muerde una serpiente matarla no es el antídoto, tampoco el antídoto para curar el mundo se basa en matar la historia. Porque la historia, por ahora,-aunque seguro que ustedes lo consiguen-, no se puede repetir, para así corregir sus errores y escribir una ´historia perfecta´.
Así que, tontos y meritorios herederos de don Gil y sus pocas agraciadas pollas, mejor que alimentar sus tontunas ideológicas con un activismo inútil y friqui, como manchar con pintura roja la estatua de Colón, o inundar las redes sociales con ventosidades emanadas de unos cerebros envenenados con el tósigo de la ignorancia, dediquen sus energías a combatir las consecuencias de las ´imperfecciones históricas´ como son las desigualdades universales por razón de la raza, el sexo o la religión, origen de la mayoría de los conflictos actuales. O las consecuencias de lo que algunos llaman Globalización, que no es otra cosa que convertir a la humanidad -entre ellos a ustedes, tontos por devoción- en un rebaño de borregos sin personalidad, que se mueven a capricho de los intereses económicos e ideológicos de unos pocos.
Ah, y si les sobra tiempo pueden meterse a políticos, que al parecer en España estamos necesitados, ya que llevamos casi un año sin gobierno. Pero eso es otra ´historia´.
José Juan Sosa Rodríguez