Llevamos más de un año aguantando en los Plenos del Cabildo de Gran Canaria como las fuerzas del Tripartito (Nueva Canarias, PSOE y Podemos) desdeñan mes a mes los datos sobre creación de empleo y recuperación económica bajo el argumento de que se trata de trabajo precario y de baja calidad, y que la estadísticas no son más que el resultado de la acumulación de contratos. Todo, según el Tripartito, por culpa del PP, de su reforma laboral, de los recortes, del austericidio y no sé cuántas cosas más. Durante los meses de campaña electoral llegamos a escuchar esta cantinela varias veces cada minuto.
Tras el Brexit le faltó tiempo a Antonio Morales para culpar a las políticas neoliberales y a la insolidaridad dominante en Europa de la salida de los británicos de la UE.
Comprenderán ahora mi sorpresa cuando leí el balance de gestión que, con los fastos a los que nos tiene acostumbrados, ha presentado estos días Antonio Morales. Su principal logro en este primer año de mandato ha sido, según él, la creación de empleo, el aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social y la recuperación de la actividad económica. Todo esto sin sonrojarse lo más mínimo.
Al leerlo pensé que, o ya no pueden negar la recuperación económica, aunque hasta el 26J dijeran lo contrario, o no tienen nada que ofrecer de su primer año de mandato y han de recurrir a los éxitos de la política económica del PP. Supongo que, siguiendo esta lógica, apoyarán la investidura de Mariano Rajoy y le pedirán que mantenga el rumbo.
El Tripartito también considera un gran éxito de su gestión el aumento del presupuesto -producto del aumento del consumo, lo que genera más ingresos públicos-, o que Gran Canaria vaya a disponer de más fondos porque Rajoy decidió que Canarias ya no tiene obligación de compensar al Estado por el IGTE.
Otro de los grandes logros, al parecer, ha sido la ejecución de un acuerdo adoptado en el mandato anterior y que tanto criticaron: la prefinanciación de la IV fase de la Circunvalación -que sigue acumulando retrasos- y la carretera La Aldea-El Risco, que también sufre un injustificado retraso pese a los 25 millones finalistas aportados por el Ministerio de Fomento.
Parece que la gestión en el Cabildo de Gran Canaria ha empeorado mucho, y que el balance de gestión es muy pobre, escuálido. A este retroceso hay que unir el mal talante de Antonio Morales, que después de 28 años de mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Agüimes, amo y señor del Ayuntamiento, lleva muy mal la discrepancia política y la crítica, por muy moderada que sea. No está acostumbrado a la pluralidad.
En este punto, pido ahora a los lectores que cierren los ojos e intenten recordar qué ha dado de sí el Cabildo en este primer año.
A bote pronto, lo que yo recuerdo es la matanza a tiro limpio de 213 cabras, una escabechina que se vio obligado a parar por la rápida movilización ciudadana; que Antonio Morales, a pesar de que le obliga la ley, aún no ha tenido tiempo de publicar su patrimonio y el de los consejeros, incluida la oposición, en la página web del Cabildo; o el aumento ¡en un 90%! del número de directores generales, contratados a través de concursos públicos que, casualmente, casi siempre ganaban los compañeros de partido que se habían quedado sin puesto.
También recuerdo la infinidad de fotos junto a las obras del Estadio de Gran Canaria, algo que los miembros del Tripartito consideraban antes de nuevos ricos. Y más fotos en el palco en cada partido de la ACB con cualquier tipo de excusas, además del cese de la anterior directiva del CB Gran Canaria, sin más motivos que haber sido nombrada por el anterior grupo de gobierno.
Se me viene a la cabeza también un plan de rescate social que no ha llegado a ningún lado, las crisis del Grupo de Podemos o los retirados coscorrones que, por la vulneración reiterada de la ley electoral, la Junta Electoral le ha dado a Antonio Morales, a quien le cuesta entender que en democracia una cosa son los partidos políticos y otra las instituciones. O los retrasos de los asfaltados en las principales carreteras de la Isla y de obras importante como la del Faro de Maspalomas, donde las termitas parecen haber sitiado al Tripartito.
En definitiva, peor talante, peor balance y peor gestión. Al Cabildo se le ha parado el reloj, ha retrocedido considerablemente y ha vuelto a ser una institución irrelevante.
Por mucha publicidad y bonitos envoltorios que le quieran poner, el contenido es muy escaso. Y, a todo esto, la bandera de Gran Canaria sigue sin ondear, guardada en un cajón, y su mástil desnudo esperando a que acabe el mandato.
PD: Para mejor ocasión dejamos el escándalo en la residencia de mayores de Agüimes desde la etapa de Antonio Morales como alcalde del municipio, donde se vienen sucediendo graves irregularidades en el cobro de las plazas a personas dependientes, es decir, a las personas más débiles de nuestra sociedad.
Felipe Afonso El Jaber
Portavoz del Grupo Popular en el Cabildo de Gran Canaria
