El CEIP El Goro denuncia el mal estado que presenta el centro

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El Ampa del Ceip El Goro continúa su lucha para reivindicar mejoras en las instalaciones donde estudian más de 90 niños. En Semana Santa consiguieron que la Consejería de Educación regional arreglara los desperfectos más urgentes, pero reconocen que quedan tareas pendientes y piden más obras y limpieza.

Tienen unas instalaciones que podrían ser la envidia de los colegios de Telde, pero el mal estado que presenta el recinto hace que no se le pueda sacar el suficiente provecho. La cancha de baloncesto solo sirve para aparcar los coches por las deficiencias que ya son más que evidentes en el suelo, donde el abandono ha hecho que empiecen a crecer hasta las malas hierbas. El secretario del Ampa Cosmos, José Bolaños, recuerda lo que décadas atrás se luchó para conseguir el terreno y ampliar el centro, para que ahora esté inservible. Antaño contaba con focos de luz y podía ser utilizado por las tardes y la noche por los niños y jóvenes del barrio, además de clubes deportivos para entrenar. Hoy no sirve para nada.

Tanto la presidenta del Ampa, Yesica Bordón, como la vicepresidenta, Cristina Santana, al igual que el secretario, son conscientes de mal estado de las arcas municipales que impide arreglar los colegios y aseguran que desde la Concejalía de Educación existe total predisposición, pero lo que no tienen es dinero. Aún así reclaman que se hagan las obras necesarias porque muchos niños del barrio se terminan yendo a colegios de otras zonas por las malas condiciones del centro. Está a la mitad de su capacidad, explica la directora, María Teresa Suárez Ros.

El Goro no existe. Los miembros del Ampa lamentan el abandono que tiene este enclave en general. Bolaños incluso sostiene que «El Goro no existe» para los políticos. «Pagamos impuestos como zona residencial, pero somos ciudadanos de quinta», dice. Los alrededores del recinto se han convertido en un vertedero. Los niños caminan junto a restos de obras, mientras que los terrenos aledaños son utilizados para que los perros hagan sus necesidades y están llenos de pulgas, puntualizan. Además, piden reductores de velocidad ya que los coches que van o vienen desde el polígono industrial al pueblo tienen que usar la carretera donde está el colegio y pasan a gran velocidad.

Dentro, la situación tampoco es mejor, fruto de la falta de mantenimiento durante los últimos 15 años. Aseguran que hace más de una década que no se realizan obras. La casa del conserje presenta graves deficiencias estructurales que pueden verse a simple vista, al igual que los muros que rodean el colegio, que se están resquebrajando y desplazando.

Pero no todos son quejas, agradecen a la Consejería de Educación regional que arregló la caída de cascotes de los pretiles. Además, los familiares se han unido y gracias a la donación de pintura ellos mismos se han encargado de adecentar los muros y las gradas del patio.

Canarias7