“Mejor solo que mal acompañado”

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Ya empiezan a definirse muchas cosas, y los ciudadanos comienzan a tantear al vecino para saber por dónde pueden ir las pretensiones electorales. En Telde hay candidatos de todo tipo: imputados, vendedores de nueva esperanza, representantes de muebles y palos de selfies, caras nuevas en carteles, repe-repe-repe-tidores, precursores de solidaridad social… Un amplio abanico de postulantes, para futuros resultados que acabarán generando algún tipo de sorpresa entre quienes se consideren de axiomas más equilibrados. Siempre habrá favores que pagar, disciplinados de un partido sin reparar en candidatos o fanáticos seguidores de líderes lunáticos vendedores de cualquier cosa, pero  mercaderes con sus propios ciudadanos y servicios públicos en primer lugar.

En medio de esas apariciones y devaneos de candidatos surge una nueva maniobra en el panorama político insular que, sin duda, puede tener repercusiones en el municipio teldense, aunque la nueva formación de Bravo de Laguna (UPGG) haya anunciado que en Telde no se presentará a comicios municipales, sin obstaculizar el camino a Ciuca, su pomposo socio insular en este nuevo negocio de votos.  Las alianzas son importantes, y las compañías también; mi impresión es que Mario Torres  se agobió por ser cómplice forzoso de las decisiones del gobierno del PP en los últimos tiempos, incluido el apoyo a los presupuestos que tanto había criticado el CCN cuando estaba en alianza con NC. Parece sintomático que el roce íntimo con este actual PP de Telde puede no ser la mejor compañía moral para quienes quieran presumir de ser dirigentes honestos, más allá del interés general y del discurso de la gobernabilidad del municipio, que se esgrimen con total inercia, tratando de hacerlo creíble.

En este camino de encuentros y compañías, se cruzan -¡quién lo diría!- José Miguel Bravo y Guillermo Reyes, exaltando eso de que la política hace extraños amigos. No sé si ‘la vanidad es el diablo’ o el Bravo mayor ha perdido el tino para granjearse la compañía de este depredador político, presunto forajido en el manejo de las instituciones públicas, manifiesto incontinente verbal y especialista en manejar títeres a lo ‘chopito y chaporro’ sin que se le vean las manos. Por fortuna, mi trato con él ha sido escaso, y gracias a eso me ha engañado pocas veces, las mismas en las que nos hemos encontrado. Asombro me produce que sea el aval de Bravo; allá éste, pero si Reyes logra un puestito en el Cabildo y desaparece de la vida política de Telde, igual hasta hace un favor al municipio.

(*) Antonio Sánchez, colaborador de LA HOJA POPULAR CANARIA en el número correspondiente al mes de marzo de esta publicación

«Mejor solo que mal acompañado»

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Ya empiezan a definirse muchas cosas, y los ciudadanos comienzan a tantear al vecino para saber por dónde pueden ir las pretensiones electorales. En Telde hay candidatos de todo tipo: imputados, vendedores de nueva esperanza, representantes de muebles y palos de selfies, caras nuevas en carteles, repe-repe-repe-tidores, precursores de solidaridad social… Un amplio abanico de postulantes, para futuros resultados que acabarán generando algún tipo de sorpresa entre quienes se consideren de axiomas más equilibrados. Siempre habrá favores que pagar, disciplinados de un partido sin reparar en candidatos o fanáticos seguidores de líderes lunáticos vendedores de cualquier cosa, pero  mercaderes con sus propios ciudadanos y servicios públicos en primer lugar.

En medio de esas apariciones y devaneos de candidatos surge una nueva maniobra en el panorama político insular que, sin duda, puede tener repercusiones en el municipio teldense, aunque la nueva formación de Bravo de Laguna (UPGG) haya anunciado que en Telde no se presentará a comicios municipales, sin obstaculizar el camino a Ciuca, su pomposo socio insular en este nuevo negocio de votos.  Las alianzas son importantes, y las compañías también; mi impresión es que Mario Torres  se agobió por ser cómplice forzoso de las decisiones del gobierno del PP en los últimos tiempos, incluido el apoyo a los presupuestos que tanto había criticado el CCN cuando estaba en alianza con NC. Parece sintomático que el roce íntimo con este actual PP de Telde puede no ser la mejor compañía moral para quienes quieran presumir de ser dirigentes honestos, más allá del interés general y del discurso de la gobernabilidad del municipio, que se esgrimen con total inercia, tratando de hacerlo creíble.

En este camino de encuentros y compañías, se cruzan -¡quién lo diría!- José Miguel Bravo y Guillermo Reyes, exaltando eso de que la política hace extraños amigos. No sé si ‘la vanidad es el diablo’ o el Bravo mayor ha perdido el tino para granjearse la compañía de este depredador político, presunto forajido en el manejo de las instituciones públicas, manifiesto incontinente verbal y especialista en manejar títeres a lo ‘chopito y chaporro’ sin que se le vean las manos. Por fortuna, mi trato con él ha sido escaso, y gracias a eso me ha engañado pocas veces, las mismas en las que nos hemos encontrado. Asombro me produce que sea el aval de Bravo; allá éste, pero si Reyes logra un puestito en el Cabildo y desaparece de la vida política de Telde, igual hasta hace un favor al municipio.

(*) Antonio Sánchez, colaborador de LA HOJA POPULAR CANARIA en el número correspondiente al mes de marzo de esta publicación

Luchar por ser eternos (78-76)

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Ambiente de gala. La afición respondió y ocupó la mayoría de los asientos de un Gran Canaria Arena dispuesto a vivir su primera gran noche europea. Una gran noche histórica.

Pero en la cancha todo transcurría con normalidad. Los mismos estiramientos, el mismo calentamiento. Era como si, por arte de magia, entre esas cuatro líneas nada de lo de fuera importara. Y eso era lo necesario para que el Herbalife Gran Canaria, iniciado el choque, también diese la imagen de siempre.

Y eso que Bykov se empeñó en que no sucediera lo de Kazan. El base ruso, el mejor de los suyos en la ida, anotó los primeros siete puntos de su equipo mostrando un arsenal de juego imparable. Pero los amarillos sabían responder a todos los golpes. No iba a haber ninguno que les acabara tumbando en toda la noche.

Un robo de Kyle Kuric acababa en un potente mate a dos manos que hacía temblar todo el Gran Canaria Arena (14-8, minuto 5). Su acción levantó a una afición que ya desde antes del salto inicial animaba y apretaba. Lo hizo también cuando el equipo encajó un parcial de 0-8 con un destacado White.

El Unics Kazan vivía de individualides, y el Herbalife Gran Canaria del equipo. Del grupo. De la familia. La sangre que unía a todos y que hacía levantarse a los jugadores ante cualquier jugada del partido. A Sasu, Fabio y Joaquín vestidos de calle. A Oriol y DaJuan, que jugaron los cuarenta minutos desde el banquillo.

Ese sentimiento de unión permaneció siempre, toda la noche. Kendall, con cuatro puntos, cerraba el primer cuarto con ventaja para los locales (22-21).

La unión hace la fuerza. Y una familia unida puede con todo. Ahí residió la verdadera potencia de un Herbalife Gran Canaria que controló el choque, como la eliminatoria, de principio a fin. Bykov y White seguían a lo suyo, y un triple del estadounidense ponía dos arriba a los rusos (30-32, minuto 17).

El ritmo de juego había bajado considerablemente, pero en lo estático la genialidad a veces se pierde. Y entonces, por ello, Albert Oliver decidió clavar uno de sus triples tras bloqueos para disparar a los amarillos, que con un parcial de 7-0 se iban de seis, ventaja que acabó siendo de cuatro al descanso (40-36).

Tras la reanudación el Herbalife Gran Canaria salió dispuesto a romper el choque. Un parcial de 6-2 les hacía obtener una renta de ocho puntos, rápidamente contrarrestada por los tártaros. El Unics intentaba una y otra vez aferrarse a la eliminatoria, pero la contundencia amarilla era incontestable.

Ni tan siquiera con agarrones como los que sufrió, en repetidas ocasiones, un Edy Tavares que anotó menos, pero fue igual de influyente en el juego. El pívot caboverdiano anotó en los momentos importantes, y tras varias alternancias en el marcador el equipo claretiano llegó al último cuarto con un punto de ventaja (60-59).

Y, el resto, es historia. Una historia que cada uno de los más de 8.000 aficionados presentes en el Gran Canaria Arena recordará para siempre. Y que cada uno contará como quiera. Centrándose en un detalle que quizá sea las lágrimas de uno de los abonados más ancianos del club; o quizá sea la cara de ilusión de un niño de apenas nueve años que siente el Gran Canaria en el corazón; o quizá uno de los detalles sea el abrazo repetido y cariñoso que los componentes del equipo se daban en el banquillo.

Da igual el detalle que actúe de generador en la historia. Porque la historia, al final, es la que es. Y nadie podrá decir que este Herbalife Gran Canaria no hizo historia en la noche del 8 de abril de 2015.

Pero, ¿saben qué? En unas semanas, el 24 y 29 de abril, el equipo amarillo disputará 80 minutos. Una hora y veinte minutos que bien se la puede pasar uno en una cola esperando algo, o viendo una película, o buscando alguna cosa. Pero estos 80 minutos serán luchados y sudados por el Herbalife Gran Canaria para convertir ese corto periodo de tiempo… en eternidad.