He pensado mucho como entrarle a la polémica suscitada por el vídeo de Pablo Rodríguez, (PR2015) candidato a la alcaldía por sí mismo, ya que, por lo que se ve en su publicidad –o mejor dicho, no se ve-no tiene siglas a las que representar y parece ser que en las que fueran, creen mucho mejor que ni se las mencione. Además, PR2015 ha considerado “retrógrado” a toda persona que encuentre machista el vídeo, cuando en estos tiempos del siglo XXI lo retrógrado es, y siempre ha sido, la discriminación por raza, religión, ideas políticas o sexo.
Ese es el verdadero problema, la discriminación. El machismo no es más que la herramienta de discriminación de las mujeres por el hecho de serlo. Como el racismo es la herramienta de discriminación por tener la piel diferente o el fundamentalismo la herramienta de discriminación por tener ideas políticas o creencias religiosas distintas del que discrimina por alguno de estos motivos.
Desde este punto de vista el vídeo es profundamente discriminatorio, en primer lugar hasta con sus compañeros de partido político –y con sus compañeras- incluida la Sra. Concejala de Igualdad, a los que desplaza a no se sabe dónde, para ser únicamente él y solo él, protagonista de la actividad política, quitándose delante al grupo en el que se encuentran, entre otros, las mujeres que, según el candidato, han ideado el vídeo. Algo que, por otra parte, encaja perfectamente en la personalidad del candidato de PR2015.
Como por supuesto, y ante las dudas, soy mujer y me enorgullezco de ello, reivindico en primer lugar mi derecho a expresar mi opinión, derecho al que hacen alusión “las de la cocina” del vídeo, que ya son –lo quieran o no- un ejemplo claro del retroceso, en pensar que, por lo visto, todo lo relacionado con una mujer ha de pasar por la cocina: [Tres de las mujeres del comité de campaña que estuvieron en la cocina de la idea]…
Se defiende la idea de esta publicidad aduciendo a que las mujeres estamos en una era de total libertad para hablar de lo que queramos y no solamente de aquello con lo que nos quieran relacionar. Así, ponen de ejemplo que ya somos capaces de hablar de política y de hombres. ¿Solo de eso? Pero ya no es el “quid” de la cuestión de lo que podamos y seamos capaces de hablar; es cómo lo hacemos.
En el vídeo se ha copiado muy claramente aquella idea de que cuando se sientan tres mujeres ante un café, solamente pueden estar hablando de un hombre. Bueno, dos de esas mujeres, porque no se han olvidado ni siquiera de resaltar la degradante imagen de la tercera, la tonta del grupo que no se entera de nada y claro, hay que explicarle que realmente, la mejor opción para esta ciudad es alguien que cumple con su horario de trabajo –como todo hijo de vecino- acción por la que además, se le remunera muy notablemente. También hacen hincapié en la amabilidad del candidato cuando, a estas alturas, nadie pregona rábanos duros… ¡Claro que tiene que ser amable! -al menos con ella-, que le promociona tan ciegamente solo por su visión mañanera de una sonrisa. Y el tercer adjetivo de cercano, ya ese se cae por su propio peso: Pasa ante ellas como quien camina por una pasarela y ni tan siquiera las mira ni les da los buenos días. Queda claro que lo de cercano es porque pasó a metro y medio de su mesa…
El vídeo sigue siendo discriminatorio en sus formas. No es más que el uso del canon de belleza física, sin elemento alguno que se desvíe del canon que marca lo políticamente correcto en nuestra sociedad de consumo y que convierte la política, -la actividad de servicio a los demás en la resolución de los problemas de la vida en comunidad-, en un artículo de consumo más, como si la actividad política fuera una marca de maquillaje, un champú para alisar el pelo o un novio resultón.
En el mundo femenino de PR2015 todas las mujeres no tienen cabida, -no existen-, se las discrimina en el propio vídeo. Las mujeres que usan gafas, las que tienen el pelo rizado, las que son madres o abuelas. El modelo de mujeres a las que el candidato interesa lo define el candidato. Si unimos a todas las mujeres que no responden a su modelo suponen el 90% de la población femenina. Y por supuesto, en el vídeo del candidato de PR2015, las mujeres no tienen una participación activa en la vida política. Solo lo miran y se derriten… ¡Ay!
Prestando un poco de atención, se detecta el elemento discriminatorio oculto en el lenguaje corporal de las personas que aparecen en el vídeo: las mujeres son pasivas, sentadas y dedicadas a hablar de algo que no está muy claro porque, supuestamente, la mentalidad femenina no sirve parta concretar y solo sabe hablar. Eso sí, -de un hombre-. Sin embargo, el candidato, hombre por supuesto, es dinámico. Aparece de pie. En movimiento. Está haciendo algo. En la escena en que coincide con las mujeres aparece a mayor altura, dominando. Aparición fugaz porque su actividad no le permite ni detenerse a hablar con las tres mujeres que tanto le admiran.
Este hombre además, se ampara en que este vídeo lo han hecho mujeres para que las demás no nos atrevamos a abrir la boca por miedo a parecer lo que ya nos llaman sin haberla abierto. Un hombre que ha arrimado a su sardina, el ascua de la Concejalía de Igualdad y que no me creo que la ideología de lo planteado desde allí, o su concejala, estén de acuerdo con sus formas, por mucho que él se quiera llenar la boca de que sucumbe a las ideas de las mujeres –de algunas mujeres- diría yo, que al fin y al cabo, quieren dar a entender en su lenguaje subliminal, que las que lo somos hoy en día debemos de ser muy frívolas al pensar y al hablar de algo tan serio como es la política y ni siquiera las mujeres –señor- somos tan ambiguas ni tan superficiales como para fijarnos solamente en si es usted puntual o simpático. Somos muy capaces de dirimir que se escuda usted en estas “chorradas” porque no tiene nada mejor que ofrecer, ni órgano mejor para pensar.
Lo que las mujeres de Telde queremos como mejor opción, es alguien serio en su pensamiento y forma y desde luego, alguien que tenga personalidad propia y capacidad de gestión, no un constante ir y venir de publicistas tras su sombra –que no es la de Grey- Queremos a alguien que no juegue al despiste como principal iniciativa en su campaña. Que no nos utilice para su propio beneficio y queremos que las mujeres de este municipio no se presten a su juego facilón –café conmigo, café sin mí, pero hablando de mí- No ha hecho usted nada para esta ciudad que no se haya pagado con creces y da pena a lo que tiene que recurrir porque ese Narciso que lleva usted implícito en su persona ya está manido de tanto riego inútil.
Todo esto nos lleva al fondo del mensaje. Todos en nuestra vida, aún de manera inconsciente, hacemos las cosas y transmitimos los pensamientos y valores en los que creemos y la respuesta del candidato a las críticas, es la misma a la que nos tiene acostumbrados toda la legislatura: ¡Yo no he sido!
Por si acaso se queda sin medallas, “La idea ha sido de las mujeres que están a cargo de la campaña”. El candidato dice que si hay machismo está en las mujeres de PR2015. A las primeras de cambio busca cabezas de turco para que aguanten las críticas.
Esto es y lo que representa PR2015: ¿Machismo? Pues la culpa ha sido de las mujeres.
(*) Guadalupe Santana Suárez, miembro de Más por Telde
