El fracaso en el parlamento en la elección del presidente de Grecia ha abocado al país a un adelanto electoral para el próximo 25 de enero. Inmediatamente la Comisión Europea y el FMI amenazan a los griegos para que no voten a Syriza. Y el FMI emite un comunicado que supone la suspensión del programa de rescate hasta conocer las nuevas autoridades que surjan de esos comicios. Simultáneamente, el vaivén político arrastra a las bolsas de Atenas, Madrid, Milán y Lisboa.
No es casualidad que en estas elecciones anticipadas el máximo favorito sea el partido izquierdista Syriza. Se ha amenazado a los griegos con un rosario de males si votan a este partido, que culminaría con su salida del euro. Pero si votan al centro-derecha o al centro-izquierda habrá estabilidad.
Es el conocido y famoso “yo o el caos”, propio de los regímenes dictatoriales, pero que ahora, en versión moderna, se ha instalado en las democracias occidentales sometidas a la dictadura de los mercados. Sin embargo, no olvidemos que lo que se impone y permanece en ambos casos es el concepto de “dictadura”.
Los que tratan de meter miedo a la gente, son los que están más asustados con la posibilidad del cambio político. Extremistas no son los ciudadanos, sino los que quieren todo el dinero para el 1% de la población. Se acepta que Grecia tenga una deuda impagable, pero no, que vote en libertad y castigue a los responsables de ese desaguisado.
Sin embargo, la amenaza para que no gane Syriza, supone un ataque frontal a la democracia y a la soberanía griega y es una injerencia inadmisible en la política de un país. Alemania lo que quiere es cobrar por encima de todo. Está bastante claro: no poder pagar es muy triste, pero es muchísimo más triste no poder cobrar. Al final Grecia seguirá en el euro y todo habrá sido ruido electoral.
Y de no ser así, el Mecanismo Europeo de Estabilidad conseguirá que los bancos alemanes y franceses, principales acreedores de Grecia, no corran ningún peligro. Sin embargo, pretender mantener la hegemonía en la Unión Europea, controlando a los gobiernos nacionales con la deuda, es un grave error de Alemania en su intento de preservar su liderato en el continente.
Pero ¿y qué pasa en España? Pues más de lo mismo. Como ha escrito el profesor de universidad y articulista Luis García Montero: “Sobran los motivos que invitan a tomar postura en contra del bipartidismo. El neoliberalismo, la ideología propia del PP, ha impuesto una construcción europea basada en la libertad de explotación de los poderosos, la privatización de la política y la pérdida de la soberanía popular. La socialdemocracia no solo ha sido incapaz de imaginar una alternativa, sino que ha colaborado estrechamente en el empeño. Su diferencia con la derecha supone solo una discusión sobre la dimensión con la que se atacan los derechos de los ciudadanos”.
Por otra parte, ya hemos manifestado que la política neoliberal no es la Biblia. Al contrario, sus dogmas y sus apelaciones al miedo se desmoronan en nuestro país con el paro irreductible, la ya normalizada corrupción y la escandalosa desigualdad. Y si no, ahí tenemos la fórmula exitosa para salir de la crisis aplicada en Estados Unidos, que tan terca e interesadamente se sigue rechazando en la UE.
Pero observando la actualidad, vemos que el PP, para ganar votos, está lanzado ya en plena campaña electoral, pretendiendo narcotizar y vendar los ojos a los ciudadanos con declaraciones y decisiones efectistas que hagan olvidar a la ciudadanía los múltiples desmanes cometidos en los últimos años.
El propio Rajoy ha declarado que la crisis es ya historia. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha prometido la creación de 800.000 empleos entre 2014 y 2015. Y no conforme con eso, ha afirmado, además, que los ciudadanos notan ya la “recuperación” y que entre los que tienen empleo “se ha perdido el miedo a perder el puesto de trabajo”.
Como prueba de lo anterior, entre otras cosas, el gobierno ha decidido subir el salario mínimo en tres euros mensuales. Lo justo para comprar dos panes y dos garrafas de agua. ¡Seamos agradecidos por tamaña decisión!
Y ahora, además, se va a volcar en las políticas sociales, como si las migajas que han reservado para repartir en estos meses pudieran borrar el inmenso daño causado por la austeridad impuesta desde que llegaron a La Moncloa.
Y ya entrando de lleno en la pugna partidista, el presidente Rajoy ha manifestado que Podemos representa un “salto atrás colosal” frente a la “estabilidad del PP”. ¡Qué bien! ¡Cómo nos mienten! ¿Quién es el responsable directo del “salto atrás colosal” de los ciudadanos en estos últimos años? ¿Acaso el salto atrás y la catástrofe social con que nos amenazan si se vota a Podemos no la están padeciendo ya muchos ciudadanos?
Otras recientes declaraciones de algunos prebostes del PP, en su estrategia electoral del miedo, hablan de que si se vota a Podemos “habrá una gran inestabilidad” y que “será un suicidio para el país”. Y uno se pregunta ¿quién ha producido la temida inestabilidad, tanto, que ha tenido que aprobar una Ley mordaza para impedir las protestas ciudadanas?
Y en última instancia, ¿quién ha añadido razones para que por la gravedad de la crisis, el paro y los desahucios, muchos ciudadanos desesperados hayan acabado con sus vidas? Por todo ello, uno piensa modestamente que lo verdaderamente suicida para la ciudadanía sería que, tras las elecciones generales, continuase gobernando el PP en este país.
Hace tiempo que algunos partidos, como el PP, no cumplen sus promesas electorales para no caer en el populismo de hacer la política que vota el pueblo. Por eso han perdido la confianza de los ciudadanos. Y de ahí, su preocupación.
Es evidente que la posible desaparición del bipartidismo en nuestro país tiene muy nerviosos a sus más conspicuos representantes. También es cierto que Podemos no es Syriza ni España es Grecia, pero preparémonos, porque la misma amenaza empleará Europa contra Podemos si, llegado el momento, tuviera la posibilidad de ganar las elecciones generales en nuestro país.
Y terminamos con un texto en positivo y lleno de buenos deseos para el presente año que, en forma de carta dirigida a los Reyes Magos, ha escrito Ángeles Caso, pidiéndoles lo siguiente: “Obligad a los que han robado de las arcas públicas a que devuelvan el dinero. Convenced a los empresarios, a los ricos y a los poderosos de que es mejor que ellos ganen un poco menos y paguen un poco más impuestos para que todos podamos llevar una vida digna. Permitid que se reconozca la experiencia de los mayores de 50 años y el entusiasmo de los jóvenes. Haced que los desempleados vayan abandonando las colas del paro y consiguiendo trabajos para vivir, y no sólo para sobrevivir. Recuperad todo lo que se ha recortado en sanidad, en educación, en investigación y en cultura. Que los dependientes sean tratados con el respeto que merecen. Que nadie pase hambre. Tampoco frío, aunque les duela a las eléctricas tan adoradas por todos los gobiernos. Que la gente no pierda sus casas y que, si deben hacerlo, haya viviendas públicas para ellos. Que los tres poderes vuelvan a ser independientes. Y que todos los que han contribuido a hundir España por acción u omisión, abandonen las instituciones y se retiren avergonzados -y sin pensiones de lujo- dejando paso a gente decente. Suena a mucho, pero tan solo queremos parecernos a otros países de nuestro entorno y volver a sentirnos orgullosos de vivir en el nuestro.” Que así sea.
Por último, en cuanto a las elecciones griegas y por la cuenta que nos trae pues ya lo estamos viendo, recordemos la sabiduría popular: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon la tuya a remojar…
(*) Fernando T. Romero Romero, miembro de Roque Aguayro