Tras la valiosa victoria en Murcia, el Herbalife Gran Canaria afrontaba el choque ante el Baloncesto Sevilla con el claro objetivo de lograr el tercer triunfo consecutivo en Liga Endesa y ponerse, así, con un balance positivo de victorias y derrotas por primera vez en todo el curso.
La difícil situación que atravesaba el Baloncesto Sevilla, su condición de colista, y la convulsa semana vivida en tierras andaluzas, hacían pensar que el Herbalife Gran Canaria tenía una ocasión perfecta para vencer y convencer. Nada más lejos de la realidad.
Newley desatado
Hernángomez y Tavares abrían el marcador con dos canastas bajo el aro demostrando sus condiciones y el brillante futuro que aguarda a ambos. Pero no fue ninguno de los pívots del partido quien destacó en los compases iniciales. El alero australiano Brad Newley arrancó como una moto.
Anotó en suspensión, robó balones, convirtió bandejas… Y puso la guinda a su salida con un tiro libre que servía para mandar a cinco la diferencia entre ambos equipos (13-8, minuto 5) con nueve puntos del alero amarillo. Los de Aíto García Reneses, que habían salido algo dormidos en labores defensivas, parecían aumentar su intensidad con una gran actividad en las líneas de pase y una buena defensa en el hombre a hombre.
Pero se trató de un espejismo destrozado por un parcial de 0-6 en el que destacó la figura de Willy Hernangómez. El joven pívot de 20 años, cedido por el Real Madrid, fue un tormento para los grancanarios con sus continuaciones hacia la pintura tras los bloqueos, una acción que no supo defender la escuadra claretiana en ningún momento.
Los cajistas llevaban la iniciativa en el intercambio de canastas, pero un triplazo sobre la bocina de Tomás Bellas servía para mantener por delante a los locales al término del primer cuarto (20-18).
La primera escena del segundo acto no pudo ser mejor: tapón de Levon Kendall, y en la jugada de ataque, el canadiense asiste a Kyle Kuric para que clave un triple. Prometían estos diez minutos, pero el partido estaba lejos de romperse.
Fría mañana
Estaba claro que no ayudaba el clima. Mucho frío tanto fuera como dentro de un Gran Canaria Arena que esperaba ver cómo su equipo rompía un choque, a priori, asequible. Un Herbalife Gran Canaria dubitativo en ataque y defensa. Y un colista, el Baloncesto Sevilla, que se lo fue creyendo poco a poco cuando veía que seguían cerca en el marcador.
Tan cerca que lograron ponerse de nuevo por arriba. Un parcial de 1-7 culminado por un triple de Pierre Oriola servía para que los de Roth lograran dos de ventaja (29-31, minuto 17). No solo no iban a dejar escapar la renta, sino que la iban a aumentar. Ben Woodside, base estadounidense muy activo en sus minutos en pista, le robaba la cartera a Oliver para anotar a placer.
A su bandeja le siguieron triples de Porzings y Derrick Byars que elevaban la diferencia hasta los nueve puntos (30-39, minuto 20). La desventaja era alarmante a apenas cuarenta segundos del descanso. Txemi Urtasun conseguía responder también desde más allá de 6,75 para cerrar un mal cuarto (33-39).
El paso por vestuarios no parecía haber cambiado nada. Hernangómez robaba y Woodside anotaba. Respondía con un 2+1 un poderoso Edy Tavares, pero luego Derrick Byars anotaba de nuevo un triple. Pasividad, poca idea ofensiva y frialdad en las acciones de juego.
Y entonces apareció Bellas
Un domingo más. Un domingo cualquiera. Un domingo de devoción para un Tomás Bellas que ejerció, nuevamente, de auténtico líder del Herbalife Gran Canaria. El capitán claretiano se echó el equipo a las espaldas con un triple, dos asistencias de ensueño, un robo y dos tiros libres que ponían las cosas en un punto (45-46, minuto 24).
Su garra no llegaba a contagiarse, eso sí, y seguía el desacierto en el tiro de unos amarillos que volvían a ponerse a cinco puntos con canastas de Hernangómez y Berni Rodríguez. Los últimos cuatro minutos del tercer cuarto fueron algo difícil de ver. Pasos de los hombres altos sevillanos, pérdidas en los ataques grancanarios,… El marcador no se movía.
Lo hizo con una canasta de Levon Kendall tras un poderoso rebote ofensivo. Con los de Aíto a tan solo dos puntos, Porzingis encontró petróleo en la jugada final del acto anotando por encima de Báez (52-56).
Transcurrían los minutos del último cuarto y, a pesar de tener opciones de materializar la remontada, el Herbalife Gran Canaria seguía a remolque. A dos, tres puntos. Y llegó a estar a cinco puntos de los cajistas con apenas cinco minutos por jugarse cuando Oriola anotaba en la pintura (57-62, minuto 35).
No mejoraba la perspectiva de futuro del Herbalife Gran Canaria cuando Oriola volvía a anotar y Albert Oliver no lograba encontrar con su pase a Eulis Báez. Lo tenía que parar Aíto García Reneses con cuatro minutos en el crono y cinco puntos de desventaja. El tiempo muerto tuvo un efecto positivo, y los isleños encadenaron por fin dos canastas consecutivas para acercarse a tan solo un punto (63-64, minuto 38).
El temple de Berni contra la garra de Kuric y Tavares
Quien tuvo, retuvo. Berni Rodríguez, campeón del mundo con España en 2006 y alero con un bagaje extenso en el baloncesto continental, salió al rescate de su joven barco sevillano con un triple que enmudecía a un Gran Canaria Arena que apretaba consciente de la importancia del momento.
A minuto y medio del final, Albert Oliver clavaba un tiro desde 6,75 con furia y pasión para mantener en un pañuelo el choque (66-67, minuto 39). De nuevo los bemoles de Tomás Bellas hacían acto de presencia. El madrileño robó, corrió, sacó la falta y anotó los dos tiros libres para poner por delante a los grancanarios.
Se entraba en el minuto final de partido. Movía el balón sin éxito el Baloncesto Sevilla, y cuando la posesión parecía perdida, Berni Rodríguez anotaba desde casi ocho metros un auténtico triplazo. Con 68-70 en el electrónico, los amarillos perdían la bola. Era complicado, pero no imposible. Sobre todo si tienes a Edy Tavares en tu equipo. El caboverdiano taponó el tiro a la media vuelta de Hernangómez, y en la transición, Oliver encontró a Kuric para que el estadounidense anotara el triple.
Roth paró el choque con poco más de diez segundos por disputarse. Los sevillanos erraron el tiro y dispusieron de una última opción a 0,3 segundos, pero el lanzamiento de Byars se encontró con la mano de un colosal Tavares.
Al final, un ajustado 71-70 para que el Herbalife Gran Canaria sume su tercera victoria consecutiva en Liga Endesa.
