A pesar de los destrozos causados por el Carnaval, el conjunto monumental de la plaza de San Juan, vuelve a estar en peligro. La colocación este martes por parte del Grupo de Gobierno de Telde, de un grupo de casetas, chiringuitos y ventorrillos de estructura metálica en la plaza de San Juan y aledaños, para celebrar la Semana Santa, vuelve a generar alarma entre vecinos, comerciantes y responsables culturales de la ciudad. Demandan de Patrimonio Histórico que tome medidas urgentes para evitar nuevos daños a las piezas de cantería.
La entrada de vehículos pesados en la plaza y la colocación de casetas, cuando está prohibido la instalación de este tipo de estructuras en el casco histórico. La base metálica de las mismas daña las piezas de cantería que conforman el pavimento del recinto público del conjunto monumental de San Juan.
Carnaval devastador
El conjunto monumental de la plaza de San Juan continúa reflejando el paso devastador de la celebración del Carnaval de Telde. A pesar de que operarios municipales se afanaron estos días en disimular los múltiples desperfectos ocasionados a la piedra de cantería, parterres, farolas, etc, la degradación fue tal, que a día de hoy siguen siendo visibles entre otras aberraciones, los graves destrozos en la cantería del pavimento, piezas partidas y sueltas, además de enormes manchas de grasa, óxido y aceite en buena parte del adoquinado del conjunto monumental.
Voces autorizadas que no se tienen en cuenta
Voces autorizadas y medios de comunicación, entre los que se cuentan el Cronista Oficial de la Ciudad de Telde, don Antonio María González Padrón, advirtieron que la celebración de la práctica totalidad de actos festivos en el delicado entorno histórico de San Juan traería graves e irremediables consecuencias sobre este emblemático espacio urbano.
Dicho y hecho. La misma mañana siguiente a la celebración de la zafia parranda los daños al pavimento de la plaza eran claramente visibles. Baldosas rotas y sucias, cubiertas de grasa y deposiciones humanas… por no mencionar los daños estructurales que, con toda probabilidad, las altas vibraciones de la potente megafonía instalada habrán causado a la centenaria basílica de San Juan.
Sin importarle lo más mínimo el rigor por nuestro pasado y el cuidado del patrimonio histórico que es de todos, las cabezas pensantes de este gobierno (es un decir) municipal, vuelven a autorizar la entrada de casetas en el conjunto monumental de San Juan y los consiguientes daños irreparables que causan a la Plaza.
Nuestros gobernantes vuelven a poner en evidencia el desconocimiento y desprecio absoluto sobre al patrimonio histórico artístico de esta Ciudad.